Soy un «árbol»
que me gusta compartir mi sombra con todo aquel que hasta mí se acerque. No
pretendo hacer sombra a nada ni nadie, por el hecho de creerme estar por
encima. Cómo «árbol» sé que mi lugar
está en la tierra, mis «raíces» así me lo hicieron saber desde que tengo uso de
razón.
Me gusta observar con detenimiento todo
cuanto existe a mí alrededor; sin
importarme las diferencias que entre éstos (personas, animales u
objetos) les pueda hacer ver que son
diferentes entre sí. También, me gusta escribir sobre esto y otras cosas que
observo, vivo, siento y pienso…
Soy «alcornoque» por el hecho de haber
nacido en la alta Extremadura.
Me preocupa, y mucho, que a veces puedan
pensar o decir de mí, que soy un hipócrita, por el hecho de que mis «frutos»
les hagan aflorar sentimientos totalmente
ajenos a mi voluntad. Cómo «árbol» y cómo «escritor» considero que en este
«hábitat» así como en cualquier otro
confín que se pueda dar bajo el astro rey…; me atrevo a decirles, siendo
consciente de que mis pies están en la tierra, que en este lugar como en
cualquier otro hay sitio de sobra para todos y cada uno por igual y que, por tanto, ni siquiera es necesario
intercambiar nada con el fin de evitar desencuentros absurdos.
Ante Dios y la naturaleza todos gozamos de
los mismos privilegios y derechos: las escalas sociales son obra de propio
hombre.
Y, en cuanto a lo que lugar se refiere, con el
tiempo, cada cual ocupará el que le corresponda por su actitud y aptitud.
Vivo tratando de sacar todo lo positivo de la
vida, incluso de las cosas malas, con el fin de compartirlo con los demás, sin
que por ello tenga que señalar a nadie como culpable por algo que a día de hoy
deberíamos saber que: los sentimientos los sufren y padecen aquellos en los que
nace, y que de haber algún problema por
ello, estos serían los únicos responsables, pues, en la mayoría de los casos
para el que los despierta suelen pasar
desapercibidos.
© ®Francisco Izquierdo Herrero
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